La posibilidad de tener un infarto aumenta cuando la persona se asusta o hace un esfuerzo físico importante, como correr para escapar de una situación que considera peligrosa.
Es importante reconocer cuando la vida de una persona esté en peligro por consumo de disolventes.
Los signos de alerta son:
Debilidad muscular.
Dolor en brazos y piernas
Calambres.
Inmovilidad.
Vómito.
Diarrea.
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