Efectos inmediatos En una primera etapa, denominada en el argot ’luna de miel’, tras la administración hay un ‘flash’, una sensación de placer muy intensa, y a los pocos segundos un estado de sedación total y cierta euforia, con ausencia de cualquier malestar psíquico y que dura aproximadamente 2-3 horas, desapareciendo de forma progresiva.
Efectos a largo plazo Estos dependerán, como en el resto de los consumos, de la cantidad consumida, la vía de administración, aspectos higiénico/sanitarios relacionados con la alimentación, el estilo de vida, etc. En general, los efectos a largo plazo, una vez desarrollada la tolerancia y dependencia a la sustancia son:
Alteraciones de la nutrición, provocadas por los desarreglos en la alimentación y adelgazamiento.
Alteraciones digestivas; produce estreñimiento.
Alteraciones cardiovasculares y de la sangre; entre otros efectos aparece anemia.
Aumento del riesgo de aborto, parto prematuro, así como alteraciones en el recién nacido.
Alteraciones psicológicas: apatía (falta de interés), depresión, egocentrismo (estar centrado en sí mismo, necesidad de ser el centro de atención).
Alteraciones del sistema nervioso: con trastornos de atención, memoria e insomnio.
Síndrome de abstinencia a opiáceos (SAO)
Si una persona adicta a la heroína deja de utilizar la droga de repente o no consigue su nueva dosis, suele desarrollar un síndrome de abstinencia, que incluye síntomas como vivencias de pánico, insomnio, intensos escalofríos y sudores, dolores musculares, dolores estomacales, náuseas, vómitos y diarrea.
Primeras horas tras el último consumo: "Craving" (deseo de consumo), ansiedad, búsqueda de drogas. 8 a 15 horas: Lagrimeo, sudoración, bostezos. 16 a 24 horas: Midriasis, pilo erección, calambres musculares, oleadas de frío y calor, algias difusas, anorexia, irritabilidad.Posteriormente: Insomnio, febrícula, enlentecimiento motor, dolor abdominal, náuseas, vómitos, diarrea, aumento de la frecuencia respiratoria, pulso y tensión arterial.
¿Cómo se trata la adicción a la heroína?
Hay varios tratamientos eficaces para ayudar a que una persona deje de consumir heroína. Estos tratamientos incluyen medicamentos y terapias conductuales, es decir, terapias que modifican la conducta. Es importante identificar la mejor estrategia de tratamiento para las necesidades particulares de cada paciente.
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